SEA CUAL SEA EL ESTILO EDUCATIVO QUE POSEAS EN MAYOR MEDIDA,
LAS SIGUIENTES SUGERENCIAS TE AYUDARÁN A CORREGIR
POSIBLES FALLOS Y A REFORZAR ACTITUDES CORRECTAS.
EL AMOR
Sabemos que quieres mucho a tu hijo, pero además
es importante que sepas transmitírselo de manera
clara y directa. Es necesario que te asegures de que está
recibiendo el mensaje.
DEMOSTRAR CARIÑO
¿Cómo le demuestras cariño a tu hijo/a?
¿Le escribes notas cariñosas? ¿Lo rodeas
con el brazo? ¿Le dices a menudo que le quieres?
CELEBRACIÓN DE LOS LOGROS
¿Qué sucede cuando hace algo especial? ¿Y
cuándo consigue un logro? ¿Y cuándo
observas que no ha logrado su objetivo pero se ha esforzado
por conseguirlo?
LOS MOMENTOS ESPECIALES
¿Cuáles son los momentos especiales que compartes
con tu hijo/a? Hay momentos en que no hace falta decir o
hacer nada especial para que fluya el amor entre tu hijo/a
y tú. Algunas veces se da durante actividades al
aire libre, o en competiciones deportivas o artísticas,
mientras veis vuestro programa favorito de la televisión,
o en cualquier otro tipo de actividad compartida.
ALGUNOS CONSEJOS
· Detecta posibles momentos como éstos y trata
de hacerles un sitio en la rutina familiar.
· Recuerda que las demostraciones de afecto no tienen
porqué ser inmediatamente correspondidas.
· No es necesario esperar a que tu hijo/a se lo "merezca"
para demostrarle tu cariño.
Es importante que tu hijo/a sepa que le apoyas incondicionalmente.
Esto influye de manera decisiva en lo que él/ella
piensa y siente acerca de sí mismo/a. Contar con
el amor de alguien hace que nos sintamos capaces de emprender
cosas y llevarlas a cabo, es decir, que nos sintamos seguros
de actuar libremente.
LOS LÍMITES
¿Cómo se fijan los límites? ¿Qué
límites no son negociables? ¿Cómo lo
decidimos? Puede que en este momento sientas algo de frustración
porque aún no hemos hablado de cómo debe imponerse
y cómo debería ser la disciplina. En principio,
trata de mantener una actitud abierta al diálogo
con tu hijo/a y deja que participe lo máximo posible
en la creación y mantenimiento de normas de conducta
familiares.
Esto fomenta su implicación y su motivación
por cumplirlas.
Y ser autoritario ¿no generará frustración
o rencor en mis hijo/as? Si el castigo o la frustración
que recibe tu hijo/a es esporádica, previsible y
claramente delimitada, y predominan significativamente las
satisfacciones que experimenta, lo más probable es
que esto no sea así.
A esto se le llama PATERNIDAD POSITIVA.
Es un método para proporcionar una directriz esencial
y una disciplina de manera positiva:
1. Selecciona y especifica las conductas a cambiar. No identifiques
la personalidad de tu hijo/a con su comportamiento. No se
comporta igual en todas las situaciones, no lo hace con
la misma frecuencia o intensidad, y es importante que identifiques
qué situaciones fomentan ese tipo de comportamiento,
es decir, qué ocurre antes y qué ocurre después.
Intenta contestar a estas preguntas: ¿qué
ocurre? ¿cuándo? ¿con quién?
¿cuánto? ¿cómo?
2. Si quieres que aumente una conducta (específica
y mensurable) trata de que a su ejecución le siga
una gratificación. Para esto es importante que identifiques
las cosas que motivan a tu hijo/a, es decir, sus gratificaciones
personales (actividades, objetos o cosas materiales, atenciones
o demostraciones de afecto).
3. Si quieres que disminuya una conducta trata de que a
su ejecución le siga la desaparición de una
gratificación o un castigo. Esto tiene que estar
hablado con anterioridad. Recuerda que los castigos sólo
son eficaces si son esporádicos, previsibles y delimitados.
Es importante que al principio seas muy constante para que
empieces a notar cambios. Estos serán probablemente
graduales y lentos. Pasado un tiempo, cuando el aprendizaje
de tu hijo/a en esos aspectos se vaya consolidando, puedes
ir disminuyendo gradualmente la frecuencia de las gratificaciones
o cambiarlas por unas palabras de aliento, una sonrisa o
un poco de atención.
DISCIPLINA INTELIGENTE O INDUCTIVA.
La disciplina inteligente es la que ayuda a los hijos a
desear hacer las cosas "bien". A estar motivados
para comportarse de manera adecuada. Se trata de un aprendizaje
o aceptación de las normas por convencimiento. A
medida que los niños aprenden a aceptar las normas
por miedo a una sanción o en espera de un premio,
es necesario ir enriqueciendo el aprendizaje con razonamientos.
Trata de razonar con tus hijos por qué aceptas una
petición suya o rechazas una demanda o exiges una
conducta determinada. Si después de razonar y escuchar
a tu hijo/a, no hay acuerdo, recuerda que eres tú
quien pone las normas.
Si tu hijo/a no queda convencido por tus argumentos, tu
decisión prevalece. Eso debe quedar claro. A medida
que tu hijo/a crezca, será más importante
utilizar la disciplina inductiva además de las gratificaciones
y los castigos, con el objetivo de que sea él mismo
quien sea capaz de controlar su propia conducta.
ALGUNOS CONSEJOS:
· Recuerda que toda conducta se aprende y, por tanto,
se puede cambiar.
· Siempre que sea posible, deja que tu hijo/a reciba
las consecuencias lógicas y naturales de su conducta
y no castigos artificiales impuestos por ti. Por ejemplo,
si llega tarde a cenar, no le riñas, pero será
él quien tendrá que calentarse o prepararse
la cena.
· Repite, repite y repite. Explícale cien
veces lo que deseas. Es imposible controlar al cien por
cien lo que tus hijo/as aprenden, recuerda que reciben muchas
influencias diferentes.
· Cuando busques un cambio, propón pequeñas
metas fáciles de conseguir. Una gran meta no alcanzada
es una frustración. Una pequeña meta conseguida
es una victoria. No tengas prisa, procede lentamente y observarás
el cambio.
· No te dejes llevar por la frustración, la
motivación natural no siempre existe, a veces realizar
algo o llegar a disfrutar de algo requiere esfuerzo.
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